TRATAMIENTO QUIRÚRGICO DEL CÁNCER DE PÁNCREAS

El tratamiento quirúrgico es la forma principal de tratamiento del cáncer de páncreas en todos aquellos tumores que sean operables. En algunos casos es necesario aplicar otros tratamientos paralelamente a este. Por lo general se trata de una intervención compleja. Diferenciamos distintas técnicas quirúrgicas, la más utilizada es la pancreactomía. 

Según la parte del páncreas que se extraiga distinguimos: 

• Pancreatoduodenectomía o cirugía de Whipple: Es la mas utilizada y consiste en extraer la cabeza del páncreas junto con los órganos adyacentes que son el duodeno, la vesícula biliar y el conducto secretor. El pancreas no se extirpa en su totalidad para que pueda seguir cumpliendo su función en el organismo sino que se une la parte restante al intestino delgado.

• Pancreactomía distal: cuando la zona extirpada en vez de ser la cabeza del páncreas es la cola.

• Pancreatectomía total: Cuando se extirpa el páncreas en su totalidad y además es necesario extirpar el bazo, el duodeno, la vesícula biliar, parte del estómago y los ganglios linfáticos de la zona.

Es imprescindible administrarle insulina al paciente durante la cirugía puesto que puede sufrir grandes cambios del azúcar en sangre.

Esta técnica se utiliza mayoritariamente como método curativo aunque puede, en ocasiones, utilizarse como tratamiento paliativo. Esto ocurre cuando el tumor se ha extendido tanto que provoca obstrucción en las vías biliares. En este caso es aconsejable realizar una derivación mediante el llamado bypass consistente en insertar un tubo que rodee la obstrucción para poder redirigir los jugos y la bilis sin que sea preciso que atraviesen la zona tumoral. En caso de que esta cirugía no pueda realizarse se colocara un STENT, pequeño tubo metálico o de plástico encargado de ensanchar el conducto, abriéndolo y permitiendo el paso de los jugos.

Estas dos últimas técnicas no curan pero mejoran la calidad de vida y reducen los sintomas.

                             

Efectos secundarios

Es una cirugía muy compleja en todos los casos, independientemente de la porción del páncreas extirpada por lo que muchos pacientes presentan complicaciones de la cirugía. Éstas pueden incluir:

• Sangrado
• Dificultad para que el estómago se vacíe por sí solo después de comer
• Problemas para digerir algunos alimentos (que podrían requerir tomar enzimas pancreáticas en forma de pastilla para ayudar con la digestión)
• Pérdida de peso
• Cambios en los hábitos normales de evacuación
• Diabetes

El postoperatorio puede ser difícil, y habitualmente el paciente ve alterada de forma importante su calidad de vida.

El efecto secundario más frecuente tras la cirugía del cáncer de páncreas es el Retraso del Vaciamiento Gástrico, es decir, la incapacidad para tolerar la ingesta oral incluso pasados más de 10 días después de la intervención. Suele ser la causa más habitual de prolongación de la estancia hospitalaria. El tratamiento contra este retraso es la utilización de una sonda nasogástrica (tubo largo y fino introducido por la nariz que permite la extracción de líquidos comunicándose con el extómago). Además posteriormente permite su hidratación y nutrición.

En aquellos casos en los que el páncreas se ha extirpado por completo es necesario administrar insulina para regular la glucemia y proporcionar las enzimas de digestión y absorción de nutrientes.