Una vez finalizado el tratamiento para el cáncer de útero es necesario seguir con una serie de revisiones para el seguimiento y control de los efectos secundarios así como de una posible recaída. En caso de recaída gracias al seguimiento garantizamos un tratamiento más temprano.
A medida que pasa el tiempo la posibilidad de que suceda una recaída disminuye. Por ello, los primeros dos y tres años es recomendable acudir a revisión cada tres-cuatro meses. Durante el cuarto y quinto año las revisiones serán cada seis meses, pero al finalizar los cinco años el seguimiento puede realizarse anualmente.
Durante las revisiones, además de la exploración ginecológica minuciosa, se suelen pedir algunas pruebas, entre estas las más habituales son:
A medida que pasa el tiempo la posibilidad de que suceda una recaída disminuye. Por ello, los primeros dos y tres años es recomendable acudir a revisión cada tres-cuatro meses. Durante el cuarto y quinto año las revisiones serán cada seis meses, pero al finalizar los cinco años el seguimiento puede realizarse anualmente.
Durante las revisiones, además de la exploración ginecológica minuciosa, se suelen pedir algunas pruebas, entre estas las más habituales son:
- Analítica completa: se piden parámetros para evaluar el funcionamiento del hígado, riñón y el resto de los órganos.
- Radriografía de tórax: para valorar como están los pulmones.
- Ecografía abdominal: nos permite ver la existencia de lesiones en el hígado que puedan hacernos sospechar de metástasis.
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