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martes, 8 de noviembre de 2016

PRUEBA DE PAPANICOLAU

Es la forma mas extendida de detección del cáncer de cuello uterino, puesto que puede detectarlo de forma muy precisa y poco costosa el 90% de los casos, aun cuando todavía no se manifestó ningún síntoma. Gracias a esto la mortalidad por dicho cáncer se ha reducido en un 50%. 

El cuello uterino, cabe aclarar que es la parte mas baja del útero que comunica con la vagina. Es recomendable que la prueba se realice por primera vez cuando la mujer inicia su periodo fértil, y repetirla anualmente, o en caso de que no de complicaciones cada 2 o 3 años. A pesar de esto aproximadamente el 40% de las mujeres no se realiza la prueba con regularidad.


La prueba se basa en un examen de las células del cuello, que son examinadas en un microscopio. Se obtienen mediante una citología, raspadillas suavemente. Para la obtención de estas el paciente se tumbara con las piernas abiertas y apoyadas en estribos. Con el fin de facilitar la extracción se utilizara un instrumento que recibe el nombre de espéculo y abre la vagina ligeramente. La muestra será enviada a un laboratorio para analizarla. 


Si se observa una úlcera o alguna formación o mas extraña en el cuello uterino durante el examen, o si los resultados de la prueba resultan positivos será necesario realizar una biopsia para confirmar. Esta muestra se obtiene mediante una colposcopia, utilizando un tubo con lente de aumento para visualizar minuciosamente el interior del útero. Se llevan a cabo dos tipos distintos de biopsia: 

  • Biopsia en sacabocados: Consiste en la extracción de una porción del cuello obtenida mediante la colposcopia.
  • Legrado cervical: raspando tejido del cuello uterino inaccesible a la vista.


Ambos procedimientos resultan dolorosos y producen hemorragia.

Durante las 24 horas previas al examen esta prohibida la utilización de tampones, duchas vaginales y tener relaciones sexuales. Tampoco se realizará la prueba si la mujer esta en el período de menstruación dado que la sangre dificulta la realización de la prueba obteniendo menor precisión.


Una vez establecido el diagnostico se procede a identificar la zona en la que se localiza el cáncer y hasta que nivel este se ha extendido. Para ello se realiza una exploración física y varias pruebas como radiografías de tórax o pielografía intravenosa.








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