El cáncer de riñón es una enfermedad bastante silenciosa en las primeras etapas del desarrollo, por lo que así de primeras suele costar tener unos síntomas que claramente apunten a padecer este tipo de cáncer.
Ya que cómo se dice en líneas anteriores, este tipo de cáncer no da señales hasta que afecta a otros órganos o bien cuándo el tumor es muy grande, suele ser diagnosticado durante pruebas médicas que no tenían como fin diagnosticar ese cáncer.
- Hematuria, es decir, sangre en la orina.
- Dolor en el bajo de la espalda sin deberse a una lesión.
- Fiebre no relacionada con resfriado, gripe u otra afección.
- Fatiga y cansancio.
- Pérdida de apetito.
- Pérdida de peso sin razón (aunque a veces causada por la pérdida de apetito).
- Recuento bajo de glóbulos rojos (anemia).
- Presión en la espalda.
- Presencia de un bulto o masa en la espalda.
- Hinchazón en tobillos y piernas.
Debemos saber que todos estos síntomas no indican que exista el cáncer, pueden estar asociados también a otras patologías, pero sea cuál sea la razón, se debe acudir al médico para realizar una revisión y poner remedio al problema.
Para finalizar, un esquema de resumen sobre este contenido.
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