Aún cuando el cáncer ya ha sido tratado y curado es necesario acudir a revisiones periódicas para comprobar el estado del paciente y asegurarse de que no se haya desencadenado ninguna síntoma o reacción que pueda pasar desapercibida a simple vista. Es ademas muy importante puesto que en caso de que reapareciese el cáncer podría tratarse a tiempo desde el minuto uno.
Conforme pasa el tiempo hay menos probabilidades de que la enfermedad reaparezca por eso los primeros años las revisiones son mas seguidas, cada 3 meses aproximadamente. En los cuatro o cinco años posteriores se ditancian algo mas llevándose a cabo cada medio año y del quinto mes en adelante una vez al año.
En las revisiones se suelen llevar a cabo tanto exploraciones clínicas (si hay infección vaginal, palpación pélvica bimanual y citología) así como un analítica para comprobar el correcto funcionamiento hepático, del riñón y de otros órganos . Además de una radiografía de tórax para ver los pulmones, una erogaría abdominal y un TC para analizar las lesiones abdominales y su evolución. Y por último un Marcador tumoral CA-125 que permite evaluar la evolución del cáncer.
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