La quimioterapia
es el tratamiento con medicamentos que destruyen las células cancerosas. En la
quimio sistémica los medicamentos son inyectados en vena o bien administrados
por vía oral, de tal forma que entran en el torrente sanguíneo llegando a todas
las partes del cuerpo e impidiendo la propagación del tumor a órganos próximos.
El cáncer de
hígado muestra resistencia a la gran mayoría de los medicamentos
suministrados en la quimioterapia, siendo los más eficaces a nivel sistémico (doxorrubicina/adriamicina,
5-flourouracilo y cisplatino). Sin embargo, a pesar de resultar medianamente
eficientes, encogen pequeñas porciones del tumor durante poco tiempo. Debido a
esto, la quimio no ha ayudado a los pacientes diagnosticados con este cáncer a
vivir más tiempo.
La solución estudiada por los médicos consiste en
administrar la medicación directamente a la arteria hepática. Dicha técnica
recibe el nombre de infusión en la
arteria hepática (HAI) y logra que la quimioterapia llegue al hígado sin
alcanzar el resto del cuerpo, disminuyendo así la posibilidad de padecer
efectos secundarios. Los medicamentos utilizados normalmente son el floxuridino
(FUDR), el cisplatino, la mitomicina C y la doxorrubicina. A pesar de que existen estudios que han demostrado
que esta técnica es eficaz encogiendo tumores, no es posible aplicarla a todos
los pacientes, ya que a menudo es necesaria una cirugía para insertar un
catéter en la arteria hepática, operación que muchos no pueden tolerar.
Los medicamentos de la quimio reaccionan contra
células de rápida división, por lo que además de atacar células cancerosas
pueden afectar a otras del cuerpo, como por ejemplo de la médula ósea,
revestimiento de la boca o intestinos. Esto provoca efectos secundarios, que siempre dependerán del tipo, dosis y
duración del tiempo de administración de los fármacos. Algunos de ellos son:
caída de pelo, úlceras en la boca, pérdida del apetito, náuseas y vómitos,
diarrea, cansancio, etc. Lo normal es que estos efectos no duren mucho y
desaparezcan tras finalizar el tratamiento, pero mientras persistan, existen
formas de aliviarlos (por ejemplo, medicamentos para prevenir o reducir las
náuseas y vómitos).
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